Comunidad de Regantes de Los Sauces

Corría el año 1903 cuando los agricultores de Los Sauces (T.M. de San Andrés y Sauces) decidieron poner fin a los numerosos y graves problemas de la gestión del agua que empleaban para regar sus tierras. Para ello siguieron el modelo de las históricas organizaciones colectivas de regantes habituales en la España peninsular y recogidas en la legislación de aguas de la época: las comunidades de regantes.

Si bien las fórmulas habituales en Canarias en situaciones similares eran los heredamientos de aguas, los sauceros optaron por una comunidad de regantes, que se basaba, como elemento fundamental, en la propiedad colectiva del agua y en la adscripción de esta a la tierra. Y aquí ha residido un elemento diferenciador esencial entre el regadío de Los Sauces y los demás de la isla, en los que destaca el carácter “privado” y separado del recurso hídrico.

La llamada Comunidad de Regantes del Río de Los Sauces funcionó como tal y cumplió su papel, con mayor o menor eficacia y acierto, como cualquier otra organización de este tipo. Sin embargo, su personalidad jurídica, esto es, su reconocimiento legal no tuvo lugar hasta muchas décadas después. Para ello hubo que aprobar, tras un proceso larguísimo y no exento de tensiones, unas ordenanzas y reglamentos de acuerdo con la legislación vigente. Era el año 1978, aunque el acto de constitución no tuvo lugar hasta 1983. La entidad se denominó Comunidad de Regantes de Los Sauces. Aunque jurídicamente es una organización “nueva”, desde un punto de vista social e histórico se trata de la Comunidad de principios del siglo XX reformada y legalizada.

Como toda comunidad de regantes, la de Los Sauces consta de tres órganos. La Junta, que reúne a todos los hombres y mujeres que tienen en propiedad tierras de regadío en la zona bajo el control de la Comunidad. Es el órgano supremo de la organización, allí donde se toman colectivamente las decisiones y se adoptan los acuerdos que gobiernan el uso del agua y el funcionamiento del sistema de riego. Luego tenemos el Sindicato, que es el órgano de gobierno de la Comunidad. De hecho, el presidente del Sindicato es, en la práctica, el máximo responsable de ella. Por último, y a diferencia de otras entidades relacionadas con la gestión del agua de riego habituales en Canarias, se cuenta con un Jurado de Riegos, que se encarga de resolver las infracciones y pequeños conflictos que pueden surgir en torno a tal recurso, en los últimos tiempos prácticamente inexistentes.

Obviamente, el número de comuneros que integra la Comunidad de Regantes de Los Sauces ha variado con el paso del tiempo, aunque ha sido muy numeroso en relación con la superficie bajo el dominio de esta. Hay que tener presente que en Los Sauces la propiedad de la tierra se halla muy dividida. Tanto es así que habría que hablar más de microfundios que de minifundios. En la actualidad, formalmente figuran unos 1.800 propietarios, aunque el número real de partícipes es inferior.

Las tierras de Los Sauces son regadas, desde hace siglos, con el agua de los manantiales de Marcos y Cordero. Estos históricos nacientes han sido y continúan siendo de los más importantes de la isla y de Canarias, aunque en las últimas décadas su caudal ha mermado considerablemente debido, sobre todo, a la captación mediante galerías de agua del mismo acuífero que los alimenta: el COEBRA.

El área de servicio de la Comunidad de Regantes abarca el espacio comprendido entre los barrancos del Agua y de la Herradura, la costa y la zona alta del pueblo (alrededor de los 260 m.s.n.m.), ocupando un total de 326,26 hectáreas. El plátano es prácticamente el único cultivo que ocupa tales tierras, pues los llamados “frutos menores” y otros típicos de la zona, como el ñame o la caña de azúcar, han visto muy disminuida su superficie, no pasando, en algunos de los casos, de ser una muestra o un recuerdo del pasado agrícola del pueblo.

En los últimos años, la Comunidad ha dirigido buena parte de sus esfuerzos a modernizar la distribución del agua (redes de riego), mejorando la eficiencia del suministro y facilitando las labores de riego a los comuneros.

 

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